miércoles, 2 de agosto de 2017

Hallan una nueva ave que los humanos extinguieron en las Azores




Reconstrucción de Pyrrhula crassa (izquierda) y 
cráneo reconstruido (derecha). / Pau Oliver  


Por: Adeline Marcos

En el interior del cráter de un volcán de la isla Graciosa en el archipiélago de las Azores, en el océano Atlántico, un equipo internacional de investigadores ha descubierto los huesos de una nueva especie extinta de pájaro cantor, un camachuelo al que han denominado Pyrrhula crassa. Los restos se han localizado en una pequeña cavidad por la que fluyó la lava. Esta ave desapareció hace siglos, debido a la colonización humana de las islas y a la introducción de especies invasoras.

Hasta hace unos centenares de años, una especie de camachuelo, una pequeña ave canora de pico muy corto y robusto, vivía en la isla Graciosa del archipiélago de las Azores. Sin embargo, la llegada del ser humano a esta isla mermó sus poblaciones y acabó extinguiéndose, como ha ocurrido con numerosas especies de aves en otras islas, como las Canarias y Madeira.

Ahora, un equipo internacional de científicos, amparado por un proyecto liderado por Josep Antoni Alcover, del Institut Mediterrani d’Estudis Avançats (IMEDEA, CSIC-UIB), ha descubierto los huesos de este camachuelo, bautizado como Pyrrhula crassa, en una cueva situada en un volcán de 12.000 años de antigüedad al sureste de la isla.

“Es el primer pájaro paseriforme extinto que se describe en el archipiélago, y no va a ser el último”, dice a Sinc Alcover, coautor del trabajo publicado en Zootaxa que se ha centrado en el análisis de la morfología del pico para determinar la nueva especie.

A pesar de que se conocen pocos restos pertenecientes a este pájaro, son lo suficientemente distintivos como para que los científicos hayan podido establecer que pertenecen a una nueva especie extinta de camachuelo.

El nuevo pájaro, que era el mayor de su género según el tamaño de los restos del cráneo hallados, recuerda por su capacidad de vuelo al actual camachuelo de otra isla de las Azores (São Miguel) que se encuentra en estado ‘vulnerable’ de extinción por la extensión de la agricultura y la desaparición de los bosques de laurisilva.

“Su pico, corto y ancho, era no solo considerablemente más grande sino también relativamente más alto que el del camachuelo común y que el de São Miguel, presentando una configuración muy robusta, que hasta cierto punto recuerda a la del pico de un pequeño loro”, detalla el investigador.

Las invasiones acabaron con las aves

Estas islas fueron colonizadas durante el siglo XIII por los portugueses, aunque pudieron haber recibido la visita de vikingos hace más de mil años. Del mismo modo que ha sucedido en muchas otras islas, como Canarias o Madeira, diferentes especies de aves han desaparecido durante el último milenio debido a la llegada del ser humano junto con diferentes especies invasoras.

Las colonizaciones humanas produjeron la destrucción y la quema de los hábitats de las islas en que se iban asentando los humanos, y afectaron a las aves que formaban parte de su fauna autóctona. P. crassa no ha sido una excepción, viéndose afectada hasta su extinción.

La introducción de especies invasoras de plantas ha mermado y reducido hasta el 3% de su superficie original la extensión de los bosques de laurisilva en los que habitaba esta especie de ave. Según los científicos, a pesar de que hasta la fecha solo se han identificado restos de P. crassa en Graciosa, posiblemente habitó otras islas del archipiélago de las Azores.

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