lunes, 18 de julio de 2016

RFI: La nube negra sobre Europa


VIDA EN EL PLANETA

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La organización ambientalista WWF alerta sobre el peligro que implica el uso de carbón como fuente energética. La nube de partículas que emana de las centrales térmicas viaja por toda Europa y afecta la salud de las personas provocando miles de muertes prematuras.

En el informe "La nube negra sobre Europa", WWF pide el fin de las subvenciones a los combustibles fósiles, como el carbón, en 2018 y el cierre de las centrales térmicas de carbón en 2025 para frenar los impactos del cambio climático en la salud y cumplir con el Acuerdo de París de 2015.

Según Raquel García Monzón, técnica de energía del Programa de Clima y Energía de WWF, "los impactos de la quema del carbón se extienden más allá de la contaminación atmosférica, debido a los gases de efecto invernadero que se producen en la centrales térmicas. El carbón es la fuente que más contribuye al cambio climático, por lo que los profesionales de la salud lo consideran 'el riesgo número uno para la salud pública mundial'".

El cambio climático es también una amenaza para la salud pública y para la verdadera supervivencia de las comunidades humanas y los ecosistemas en todo el mundo, por eso es imprescindible disminuir las emisiones de CO2 de las centrales de carbón de la UE tres veces más rápido que en la actualidad si queremos mantenernos por debajo del umbral de 2ºC del Acuerdo de París y continuar con los esfuerzos de limitar la temperatura global por debajo de 1,5ºC.

"Mientras que las centrales de carbón europeas están obsoletas, son ineficientes y contaminantes y responsables del 18% del total de los GEI de la UE, las energías renovables son competitivas y lo serán cada vez más en el futuro. Cambiar a un modelo energético 100% renovable en 2050 tiene sentido medioambientalmente, pero también es clave para evitar las afecciones a la salud de los ciudadanos y sus costes económicos", concluye García Monzón.

El informe "La nube negra sobre Europa: efectos de la quema del carbón sobre la salud y la economía de la UE" publicado por WWF en colaboración con HEAL, CAN y Sandbag muestra que de las 280 centrales térmicas de carbón operativas en Europa, 257 centrales son responsables de 22.900 muertes prematuras, 11.800 nuevos casos de bronquitis crónica, y 21.000 ingresos hospitalarios, 538.000 ataques de asma en niños, así como 6,6 millones de pérdidas de días de trabajo en 2013.

Los impactos sobre la salud de los ciudadanos de la Unión Europea debido al carbón han supuesto una factura de entre 32.400 y 62.300 millones de Euros en 2013. Alrededor del 83% de las muertes prematuras (19.000) fueron causadas por partículas en suspensión (PM 2,5).

La mayoría de estas partículas no son generadas directamente en las centrales de carbón sino que se generan en la atmósfera a partir de SO2 y NO2 que son emitidos en las chimeneas de las centrales de carbón.

El Observatorio de la Electricidad en cifras

WWF analiza los valores de las emisiones específicas dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx) registrados en junio de 2016 han sido: 0,273 gramos y 0,200 gramos por kWh producido, respectivamente. Esto significa una importante disminución respecto a las cifras registradas el mismo mes de 2015 (0,695 gr SO2 y 0,466 gr NOX, respectivamente), debido principalmente al descenso de la generación eléctrica con la quema de carbón en las centrales térmicas y a los ciclos combinados de gas natural, así como al considerable aumento de la generación con energía eólica y la hidráulica que no tiene emisiones.

Por su parte, en junio de 2016 se ha producido una disminución considerable de las emisiones totales de CO2 respecto a las registradas en el mismo mes de junio 2015. Mientras que el año pasado las emisiones totales fueron de 6.184.810 ton de CO2, en el presente mes han disminuido hasta los 2.657.785 ton CO2, es decir, son un 132,70% inferiores a las del mismo mes de 2015. Consecuencia del aumento de la generación con renovables, como la energía eólica y la hidráulica, así como la disminución de la quema de carbón y los ciclos combinados de gas natural.

El balance eléctrico peninsular de junio 2016 muestra una cobertura de la demanda del 24,8% con energía nuclear, seguido de un 16,7% de energía eólica, el 15,8% de energía hidráulica, el 11% generado con cogeneración, el 10,8% de generación eléctrica de las centrales térmicas de carbón y el 9,6% generado con ciclos combinados de gas natural.

En relación a la producción de energía de origen renovable, en junio 2016 se ha generado, según REE, un total de 8.167 GWh, que supone un 42% respecto a la generación total, esta cifra ha aumentado en un 9,77% respecto al mismo mes del año pasado, ya que en junio de 2015 se generaron 7.369 GWh.

La producción de origen eólico de este mes se sitúa en el segundo puesto del mix de la generación eléctrica, por detrás de la energía nuclear. Con esta fuente energética este mes se han generado 3.249 GWh lo que supone una contribución del 16,7%, lo cual aumenta considerablemente respecto al dato registrado en el mes de junio de 2015 en el que se generaron con eólica 2.871 GWh (un 13,5%). Con energía solar térmica se han generado en junio 2016 unos 846 GWh (4,4%), con otras energías renovables (incluye biogás, biomasa, hidráulica marina y geotérmica) se han generado 298 GWh (1,5%), con energía solar fotovoltaica se han generado 866 GWh (4,4%), y con cogeneración se han generado 2.140 GWh (11%) y con residuos se han generado 251 GWh (1,3%).

Entrevistada: Raquel García, técnica del Programa Clima y Energía de WWF.
Fuente: comunicado de WWF.




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